* Artículo de Bob Bradley, publicado en Restaurant Report
Tras varias conversaciones con propietarios de restaurantes independientes sobre el aumento de cadenas de comida, me di cuenta de que suele haber la misma línea de pensamiento: "Mi comida es cien por ciento mejor, mi servicio es mejor y puedes comer acá pagando casi el mismo precio. Es una pena que las personas no aprecien la comida fresca y que no escojan mejor".
Pero los clientes no van por la comida y tampoco creen, ni por un segundo, que los precios sean competitivos con los de su cadena preferida. Hasta que el propietario independiente caiga en cuenta, seguirá perdiendo ante su vecino.
La guerra no se libra en la cocina, sino que es ganada en una oficina a varias puertas del Presidente. Ellos llaman a esa persona el Director de Marketing; y, él o ella, es responsable de gastar grandes sumas de dinero en radio, televisión, y en los hermosos anuncios de cuatro colores de impresión que pueden hacer lucir a un lugar de hamburguesas como un ganador del Premio DiRoNa.
Cuando se trata de marketing, los propietarios de restaurantes independientes simplemente no pueden competir con las cadenas, porque cuando se trata de publicidad el dinero gana y, por ende, los independientes no pueden competir. Un hombre está hablando de su estrategia de publicidad "boca a boca", mientras que el otro está gastando millones en una campaña de televisión nacional. Las personas ven bastante televisión y están absolutamente influenciados por la publicidad.
El independiente se sienta con su representante del periódico local y juntos marcan la publicidad de la próxima semana. El otro está ocupado volando a Nueva York para reunirse con la agencia de publicidad y para criticar su nueva campaña de marketing de otoño. No es un campo de juego nivelado.
La mejor prueba de que la publicidad funciona es que los clientes hacen fila en las cadenas de comida. La mayoría de clientes de este tipo de restaurantes cree que la comida y el servicio están bien, pero lo que es realmente importante para ellos es el costo y el ambiente, (y toda esa persión es retratada en los comerciales).
Ahora las buenas noticias, porque hay una respuesta a esta desventaja competitiva (que es extremadamente difícil pero no absolutamente imposible). Los independientes simplemente se reúnen, juntan dinero y contratan su propia agencia de publicidad. Su campaña muestra todas las cosas que hacen que salir a cenar sea tan agradable: chefs, propietarios, música en vivo, comida fresca, gran servicio, entre otros. Cuente esta historia con todo el poder de la mercadotecnia moderna y usted tendrá que colocar un aviso de "sin lugares disponibles".
* Este artículo se publica en La Barra con autorización del autor.