La gastronomía como herramienta de transformación

La gastronomía se revela como una fuerza transformadora en Colombia, impulsando el cambio social y económico, y mostrando el poder de la cocina más allá de la alimentación.

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Más allá de ser un reflejo de la cultura y tradiciones de un país, la gastronomía ha demostrado ser una herramienta poderosa de cambio social y económico. Al frente de esta lucha, organizaciones como la Fundación Corazón Verde, a través de un enfoque que combina la cultura culinaria con el apoyo social, ha demostrado cómo la cocina puede trascender para convertirse en un poderoso instrumento para el desarrollo económico, la inclusión social y la promoción de la identidad nacional.

Hablamos con Paula Villada Vélez, directora ejecutiva de la Fundación Corazón Verde, sobre el papel transformador de la gastronomía en la sociedad colombiana y su rol en la construcción de país.

Un pilar de la cultura colombiana

La gastronomía ha sido reconocida como una ciencia que permite explorar las dinámicas culturales de una sociedad. Este enfoque no solo valora la cocina como el arte de preparar alimentos, sino como una herramienta para comprender la identidad cultural, histórica y social de un pueblo. Su integración con disciplinas como la agricultura, el turismo y la historia subraya su papel como un reflejo de la sociedad y un medio para preservar la cultura y promover el desarrollo sostenible.

Sin duda, la cocina se ha convertido en un activo estratégico para promover la diversidad cultural, algo en lo que Colombia lleva una ventaja enorme gracias a su riqueza natural. Este es un país de contrastes geográficos, con seis regiones que albergan una asombrosa variedad de microclimas.

Esta diversidad se traduce directamente en una abundancia de ingredientes únicos, que van desde frutas tropicales hasta tubérculos andinos, pasando por una amplia variedad de pescados y carnes. Sin duda, la cocina colombiana se nutre de esta despensa natural para crear platos que reflejan la riqueza del territorio.

Paula Villada Vélez, directora ejecutiva de la Fundación Corazón Verde.

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Gracias a esto, en los últimos años se ha vivido una revolución que ha despertado el interés internacional, pero aún más importante, el interés de los colombianos por conocer esa riqueza de la que tanto se habla. Es ahí donde instituciones como la Fundación Corazón Verde, a través de eventos como Alimentarte y el Restarurant Tour, se han convertido en aliados y promotores de esta diversidad cultural y riqueza natural que tanto sorprende a locales y extranjeros.

La cocina como motor social

Según Paula, la estrategia de la Fundación Corazón Verde entiende la gastronomía como una expresión cultural que merece ser preservada y promovida. “Al destacar los ingredientes autóctonos, platos típicos y nuevas creaciones culinarias, los eventos de la fundación sirven como un escaparate para mostrar la riqueza cultural colombiana” comenta.

Esta celebración de la cocina nacional no solo fortalece la identidad cultural, sino que también educa al público sobre la diversidad gastronómica del país, promoviendo un sentido de orgullo y pertenencia. No es un secreto que muchas veces los más conocedores son extranjeros, por lo que desarrollar ese amor por lo propio se ha convertido en un objetivo inaplazable.

Por otro lado, desde su rol transformador, la gastronomía se ha convertido en un medio para contribuir con la sociedad y trabajar por esos dolores que tanto aquejan al país. De ahí que la Fundación se haya comprometido con las familias de la Policía Nacional de Colombia que han sufrido pérdidas irreparables.

A través de su enfoque integral, la institución se esfuerza no solo por proporcionar apoyo financiero mediante becas educativas, sino también por ofrecer soporte emocional y reconocimiento al valor y sacrificio de los miembros de la policía y sus familiares. Este modelo de asistencia refleja una profunda comprensión de las complejas necesidades que enfrentan las familias afectadas y destaca la importancia de abordar tanto el bienestar económico como el emocional.

Gastronomía y turismo: un maridaje estratégico

Por años, Alimentarte y la Fundación Corazón Verde han trabajado por fortalecer esta relación entre la gastronomía y el turismo en Colombia. Para Paula, es clara la capacidad que tiene la cocina para actuar como un puente entre diversas culturas y regiones del país. Además, promueven el conocimiento y la apreciación de las riquezas culinarias locales a nivel nacional e internacional.

Según informa Paula, esta sinergia entre la gastronomía y el turismo se materializa en dos estrategias principales desarrolladas por la Fundación: el Restaurant Tour y la selección de una región invitada en cada edición del festival Alimentarte.

En primer lugar, el Restaurant Tour está sustentado en un intercambio cultural que busca promover la colaboración con talentos locales y chefs estrellas Michellin, a través de experiencias gastronómicas únicas que atraen tanto a locales como a visitantes. Esta colaboración enriquece la oferta culinaria de las ciudades anfitrionas y también brinda una plataforma para que los jóvenes talentos muestren sus habilidades, aprendan de figuras establecidas y ganen reconocimiento a nivel nacional e internacional.

“Traemos a esas grandes personalidades de la gastronomía, los invitamos a cocinar en un restaurante local y, además, invitamos a un talento de la cocina. Con esto tratamos de unir todas las piezas, todo en pro de una causa social” comenta Paula.

Por otro lado, al elegir una región colombiana como invitada de honor para cada edición de Alimentarte, la Fundación Corazón Verde logra destacar y celebrar la diversidad y riqueza gastronómica de diferentes partes del país. Esta estrategia permite a los visitantes del festival descubrir y degustar la variedad de sabores, ingredientes y tradiciones culinarias de diferentes partes del país, promoviendo así un turismo gastronómico interno y atrayendo el interés de turistas internacionales.

En la edición anterior del evento, el invitado de honor fue la Amazonía, una oportunidad que le permitió a propios y extranjeros acercarse a una región que cada vez más resuena en el imaginario colectivo. Para esta edición, el Caribe fue protagonista, haciendo partícipe a restaurantes y productores locales para mostrar sus productos y compartir con el público una parte del patrimonio culinario y cultural de Colombia.

Impulso al empleo y la economía

El negocio de la restauración es una de las industrias que más aporta a la economía nacional. Según la Cámara del Sector Gastronómico de la Andi, para 2022, el sector de alojamiento y servicios de comida alcanzó el 3,9 % del PIB y aportó $56,7 billones de pesos.

En el caso de los festivales gastronómicos, su impacto va directamente a la economía local a través de la creación de empleo. De acuerdo con Paula, estos eventos generan miles de empleos directos e indirectos, desde cocineros y meseros hasta proveedores y personal de seguridad.

Esta dinámica, además de beneficiar a los trabajadores y sus familias, también contribuye al crecimiento económico del sector gastronómico y turístico del país. Sobre este punto, Paula afirma: “La Fundación ha demostrado cómo la inversión en gastronomía puede ser un catalizador para el desarrollo económico sostenible”.

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Este enfoque también abre puertas a jóvenes y emprendedores que ven en la gastronomía una forma de vida y un medio para alcanzar sus sueños. “En cada convocatoria, lo que buscamos realmente son ofertas de calidad, que sean diversas, nos encanta tener nuevas cosas, nuevas ideas. Realmente hay unos emprendedores increíbles y uno ve la imaginación que tienen y las propuestas tan fascinantes” comenta Paula.

La gastronomía colombiana, con su diversidad y riqueza, se erige como un pilar fundamental no solo en la preservación de la cultura y las tradiciones, sino también como una fuerza impulsora del cambio social y económico.

La Fundación Corazón Verde, a través de sus iniciativas, subraya el potencial de la cocina para unir a las comunidades, fomentar el empleo y promover el turismo, demostrando que la gastronomía va más allá del arte culinario para convertirse en un instrumento clave de desarrollo y progreso.